Entre cartas de tarot, libros y tragos
- Rocío Vila
- 29 nov 2023
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 4 dic 2023
Rafaela Petronio, también conocida como Rafi, tiene 22 años y es una mujer muy entusiasta. Ella practica el tarot como forma de autoconocimiento, pero además estudia medicina y trabaja de moza en Casa Fuegah.
Quizás más de una vez hayan escuchado que el tarot es una práctica ancestral y que
está meramente relacionada a lo místico. De una manera despectiva (por la falta de
información, tal vez) algunas personas relacionan a las tarotistas con la imagen de una mujer solitaria y marginada de la sociedad. Sin embargo, en la cotidianidad y dejando los misticismos de lado, este ejercicio de “leer las cartas” se utiliza como una herramienta de autoconocimiento, orientación, consejo, y hasta como una forma de expresión artística. También vale aclarar que la gente que realiza el tarot son personas “comunes y corrientes”, que se la rebuscan para combinarlo con sus diferentes responsabilidades.
En un San Juan más abierto a incorporar y mostrar estas y otras expresiones culturales, los y las jóvenes de la provincia aprovechan y se muestran sin miedo al qué dirán. Rafaela Petronio es una de ellas.
Rafaela, además de ser tarotista, es estudiante de medicina en la Universidad Católica de Cuyo y trabaja en Casa Fuegah, el primer bar LGBTQI+ de San Juan. En esta entrevista conoceremos sobre cómo combina el tarot con sus diferentes actividades en su día a día, y los desafíos, visiones y proyectos que tiene a nivel personal.

-¿Qué te llevó a interesarte por el tarot y cómo aprendiste a leer las cartas?
-Al tarot lo descubrí gracias a la astrología, que siento que es lo mío desde que soy muy chica, específicamente desde los 14 años. Mi interés partió más que nada por una intriga por lo oculto, por lo que “no se ve”. Creo que cuando te metés en este mundo de repente aparecen un montón de cosas, y al tarot lo vi como una herramienta para descubrir cosas muy profundas sobre la vida. Me interesaba descubrir cuestiones como cuál es el propósito de mi vida, cuál es el poder que tengo que explotar en mí, y conectar con sensaciones que no están visibles a los ojos. Aprendí a leer las cartas en pandemia, a través de internet. Siento que leer las cartas es algo muy fuerte, como si fueras la mensajera de algo superior a vos.
-¿Hay personas que te hayan inspirado o influenciado en tu camino como tarotista?
-Me han inspirado mis amigas que conocí antes de la pandemia. Nos juntábamos porque todas teníamos el mismo interés por lo oculto. A una de las chicas del grupo le regalaron un mazo de cartas de tarot, y esa situación me motivó a tener un mazo propio sin saber casi nada todavía del tema. Primero me parecía importante tener la herramienta y después aprender el resto. De igual manera, siento que no tengo un referente como tal, sino que yo me interesaba y me movía sola si era necesario para seguir aprendiendo.
-¿Enfrentaste dificultades al ejercer el tarot en San Juan, en un contexto cultural donde a veces la sociedad suele ser conservadora con esas cosas?
-No, siento que nunca he enfrentado dificultades como tal con respecto a estos temas. Y en el caso de haberlas enfrentado (recalca que no se acuerda muy bien) las entiendo. El tarot me ha servido como herramienta de autoayuda, y si encuentro a alguien que lo critica, lo entiendo como que simplemente esta técnica no es lo suyo. No me genera emociones negativas.

Nuevas expresiones culturales
“Casa Fuegah” es un bar de Rivadavia considerado como un lugar seguro y de visibilización para el colectivo LGBTIQ+. Antes de su inauguración, que fue el 11 de mayo de este año, existía la “Fiesta Fuegah” (que se mantiene hasta el día de hoy, de manera esporádica),
que es un espacio que se construye como una fiesta alternativa para las comunidades LGBT de San Juan.
-¿El tarot te llevó a trabajar en Casa Fuegah o cuál fue el motivo?
-Empecé a trabajar primero en la Fiesta Fuegah. La misma amiga que se compró primero el mazo recurría a esta fiesta, y cuando comentó que ella sabía tirar las cartas le dijeron que trabajara ahí. Me llamó y me pidió por favor que fuera con ella a trabajar. Yo no conocía esa fiesta, pero después de eso empecé a ir y comencé a tener relación con los dueños. Cuan-
do se inauguró Casa Fuegah presenté mi currículum, y me aceptaron porque me conocían por el tarot. Además, estaba interesada en el proyecto que tenía el lugar, lo consideraba como un movimiento cultural que antes no había presenciado en ningún otro bar.
-¿Cómo ves la relación entre el tarot y otras expresiones artísticas que se desarrollan en Casa Fuegah?
-La relación que encuentro es que todo es nuevo. No considero al tarot como un arte, pero sí
como algo extraño y llamativo. La gente no está acostumbrada, por ejemplo, a que pase al lado suyo una drag queen desfilando, o que vaya una chica de la nada a tirarle las cartas. Excéntrico diría que es la palabra.

Ciencia y esoterismo
-Tengo entendido que sos estudiante de medicina, ¿Que relación ves entre ambas disciplinas?
-Yo creo que el tarot y la medicina lo que tienen en común es que me brindan respuestas. Yo empecé a estudiar esta carrera porque tenía muchas preguntas que necesitaba que fueran respondidas, literal (risas). Y el tarot es eso, son respuestas.
-¿Qué anécdotas interesantes tenés para compartir sobre tu experiencia como estudiante de medicina y tarotista?
-Una vez me contrataron para tirar el tarot en un cumpleaños, y le tiré las cartas a una nutricionista. Ella buscaba liberarse, buscar un lado artístico en su vida, porque había estudiado y trabajado para una ciencia toda su vida. Conecté muchísimo con ella, también me pasa que me cuesta equilibrar la parte del arte que me gusta -la moda, la fotografía, la escritura- y siento que está enclipsada por la medicina. En las cartas al final salió como respuesta “el equilibrio”. A esa señora después la vi en una práctica que tuve en el hospital Marcial Quiroga, y me pareció increíble como pudimos conectar tanto en el tarot y después sentir esa conexión en el hospital. Sentí que fuimos un espejo la una de la otra.
-¿Tenés proyectos a futuro como tarotista?
-Trabajé en muchas ocasiones como tarotista, en cumpleaños, en fiestas y personalmente a través de mi cuenta de Instagram . Este año descubrí que no quiero trabajar del tarot . Es una herramienta que siento personal y que no quiero compartir. Me tiro las cartas quizás tres veces por semana y no intento saber qué me va a pasar, las preguntas son orientadas a cuestiones como ¿qué necesito escuchar? ¿qué me va a venir bien saber hoy?; Así que en este momento no tengo proyectos como tarotista.
-¿Qué consejos le darías a alguien que quiere iniciarse en el tarot ?
-Que lo haga. Hay gente que gasta un montón de plata en cursos y se obsesiona con leer las cartas, y el aprendizaje está en sentarse con las cartas, analizarlas, ver qué te producen. A una obra de arte, dos personas no la van a interpretar de la misma manera, y con las cartas es lo mismo. Mi consejo personal es que no se vayan por lo superficial, usar el tarot sirve para encontrar respuestas del alma, y usarlo para el chusmerío es un desperdicio.
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