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La vieja nueva sed

Hoy, en “La Biblioteca de Sillero”, nos vamos a tomar un descanso de nuestras aventuras a través de los clásicos para enfocarnos en literatura un poco más actual. Conviene prestar atención tanto a las obras del pasado como a aquellas que son más contemporáneas.   


Por eso, vamos a hablar de una novela de vampiros que pasa en Argentina, concretamente en Buenos Aires. Lo usual: sangre a borbotones, cuellos desgarrados, el escenario gótico del cementerio de la Recoleta, una vampira inmortal que nunca consigue saciar su sed maldita (de sangre, de compañía, carnal). Pero también está lo inusual: una madre joven y divorciada, la cotidianidad del siglo XXI, las formas modernas de la soledad y la melancolía que están tan lejos (¿o tan cerca?) del “mal del siglo” decimónonico.    


La sed” (2021), segunda novela de Marina Yuszczuk, tiene algo de extraño: hasta donde me consta no hay obras vampíricas en nuestra literatura. Eso fue lo que me atrajo inicialmente, pero a medida que recorría sus páginas lo que me terminó atrapando fue una narración que oscila, incesante, entre la vida y la muerte; entre el deseo desenfrenado y la melancolía paralizante. 


En pocas palabras: el entrecruzamiento entre el gótico y la cotidianeidad. 


Marina Yuszczuk es autora de distintos libros de cuentos, poemas y novelas. Con “La sed” ganó el Premio Nacional de Novela Sara Gallardo.

Saciar el hastío


Fue la sangré lo que me salvó. La sangre, que me enloqueció desde el primer contacto y me convirtió, poco a poco, en una bestia.


Es una primera parte muy gótica, y no hay nada más gótico que la modernización que transformó la Gran Aldea en la Reina del Plata.


Una vampira, que acaba adoptando el nombre de María, nos narra su historia: llega al Nuevo Mundo huyendo del Viejo, donde se ha vuelto imposible seguir con su estilo de vida tan antiguo como sangriento. ¿Los años? No se dan detalles, pero podemos situar los hechos entre los años posteriores a la caída de Rosas y termina en los albores del siglo XX. A lo largo de casi medio siglo, Yuszczuk hilvana con maestría los años sangrientos de María Guerra: adaptándose constantemente a la ciudad cambiante, ella busca saciar su sed de sangre y  carne, nunca pudiendo lograrlo del todo. 


La Recoleta, uno de los destinos turísticos de la Ciudad de Buenos Aires y el escenario de varios pasajes de la novela.

Hay varias escenas tremendas e impactantes, de las que prefiero no dar detalles. Destacan el encuentro con su primera víctima, tan sangriento como cargado de erotismo, y los episodios que transcurren a lo largo de la terrible epidemia de fiebre amarilla de 1871. Su narración termina cuando se da cuenta que esta ciudad se ha vuelto tan inhospitalaria para su modo de vida como la vieja Europa.


Hay una palabra muy interesante que resuena a lo largo del relato de esta vampira transplanta: el hastío.


En literatura nada es casual. “Hastío” es la palabra que escogió el poeta francés Charles Baudelaire para hablar del moderno aburrimiento, muy emparentado con la melancolía (el otro mal del siglo XIX). María Guerra, triste y melancólica, piensa que puede saciar este vacío primero con crímenes sangrientos y teatrales, después intenta crear a alguien como ella. Todos estos intentos fracasan de un modo u otro y termina encerrándose en una bóveda en Recoleta para el resto de la eternidad. 


Pero siempre pasa algo…


Quizás toda una vida


“El dolor aumentaba, y también la impotencia. Me estaba quedando más sola.”


Lo más evidente de la segunda parte no es solo el cambio de narradora (ahora es otra mujer: Alma) sino también la forma de narrar: donde antes había una serie de capítulos ahora tenemos un registro de fechas, como si fueran entradas en un diario íntimo, que empieza un 6 de noviembre y termina un 8 de mayo. Podemos situarlos en una época contemporánea a la nuestra, no importa si se trata de los años anteriores o posteriores a la pandemia.


La historia que sigue es bastante dolorosa: joven, recientemente divorciada y con un hijo; Alma tiene que aprender a vivir sola al mismo tiempo que su madre entra en las etapas finales de una enfermedad degenerativa. Un día, pensando vender una bóveda que pertenece a su familia, acaba despertando a algo. 


Dar más detalles sería superfluo. Creo que es más interesante centrarme en cómo Yuszczuk narra esta enfermedad de la madre en un modo descarnado y, a falta de una palabra mejor, real. La cotidianidad depresiva, las internaciones, la imposibilidad de comunicarse y hacerse entender por los demás constituyen el día a día de Alma. Personalmente encontré está parte muy difícil de leer, de alguna manera el horror de un vampiro chupasangre nos resulta menor al que nos genera una larga enfermedad cuyo único destino es la muerte.


A partir de esa sensación tan desoladora como solitaria es que se teje la segunda parte. En una entrevista para Página/12, la autora reconstruye el proceso de escritura de su novela. En un fragmento muy interesante habla de por que resultó más conveniente escoger una forma puramente ficcional antes que desarrollarla desde la autoficción (es decir, ficcionalizado la enfermedad real de su madre).


La tristeza contemporánea, y su complicada relación con nuestra vida cotidiana es un tema que se recorre a lo largo de estas páginas. Para Alma, el encuentro fortuito (o no tanto) con un ser inhumano, con toda su carga de morbo y erotismo se ofrece como una alternativa posible. 


¿Volver a la literatura de género?


“La sed” se enmarca pero no se limita dentro de la literatura de género. Tanto dentro de la literatura gótica como de cierto “realismo”. Al terminar de repasar el libro para esta sección me quedé pensando en que de alguna manera es un tipo de literatura que nos hace falta actualmente. 


En su momento, tanto el policial, como la fantasía, la ciencia-ficción y el terror fueron la forma de hablar de sociedades que estaban atravesando un periodo de cambios vertiginosos. No es casual que en estos géneros haya descollado un clásico absoluto como Edgar Allan Poe, testigo privilegiado de la modernización de los Estados Unidos. Quizás este retorno sea la mejor forma de hablar de las cuestiones que atraviesan y atravesarán esta década. 


Lejos estoy de ser original. En este interesante artículo se repasa el panorama actual dentro de la ciencia-ficción latinoamericana. Más allá de ser una interesante lista de autores a seguir, creo que resulta valioso pensar que giros originales podemos darle a estas formas desde San Juan.





1件のコメント


flor poniz
flor poniz
2024年5月23日

Muy linda nota, no había pensado en la necesidad de este tipo de lecturas :)

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