top of page

Sobre la impaciencia lectora

Creo que todos nos hemos vuelto extremadamente impacientes.


Un vistazo rápido nos revela un fenómeno simultáneo: las series de televisión tienen cada vez menos episodios, el modelo audiovisual triunfante es el vídeo corto (cortísimo) de tik tok, Piqué propone que los partidos de fútbol duren 60 minutos y los anfitriones de los Óscars hacen chistes idiotas sobre la duración de las películas. Pareciera que los tiempos en que vivimos nos empujan a lo breve e inmediato; hoy si lo que consumimos (porque ya no leemos, ni vemos, ni degustamos) no nos ofrece una satisfacción instantánea es mejor dejarlo de lado.


¿Qué lugar le toca a la literatura en esta vorágine? 


El arte, en general, y la literatura, en particular, no se prestan para este tipo de recortes. Es tan absurdo ver “El padrino” en formato de tiktok como intentar resumir la trama de “En busca del tiempo perdido” en un minuto. Incluso la lectura más pasatista requiere de tiempo, esfuerzo y dedicación. Si leer no tomara su tiempo entonces no sería una actividad tan placentera: para disfrutar de algo hay que saber demorarse para poder apreciarlo. Ningún sentido se revela a golpe de ojo, aquellos aspectos más interesantes solo aparecen bajo una lectura tranquila.


Esto debería ser el sentido común pero las tendencias, como dijimos más arriba, marchan en dirección contraria ¿por qué? La respuesta es tan sencilla como decepcionante: no tenemos tiempo para más. Como señala Ryan Ruby en su excelente ensayo “Reading and Time” para leer casi cualquier cosa nos falta tiempo. Ese bien tan preciado, al que se le han dedicado tantas bellas páginas, pareciera escurrirse entre trabajo, estudios, cuidados, etc… 


No tenemos tiempo, y eso nos vuelve fastidiosamente impacientes. Incluso yo, un pedante de primera categoría, constantemente manoseo los índices de los libros que leo y disfruto para saber cuántas páginas me quedan. Ninguno está a salvo del mal de nuestra época pero entonces ¿qué podemos hacer?


Por un lado está la solución de raíz: demandar la posibilidad de disfrutar de nuestro tiempo libre, reducir horas de trabajo y equilibrar cargas en la vida hogareña. Por otro lado, a un nivel personal, lo mejor que podemos hacer es aplicar a la lectura el consejo que Akira Kurosawa, director de cine japonés, daba para afrontar la tarea de escribir: escribir es como escalar una montaña; mientras uno asciende nunca tiene que mirar a la cima, sino al suelo que pisan sus pies porque de lo contrario solo se experimentará frustración. Leer es una tarea ardua pero extremadamente gratificante y, en especial, es una que requiere paciencia. Paciencia en este caso no significa abstraerse por una hora en una novela o un libro de cuentos, sino ser capaz de dedicar un tiempo tranquilo, por breve que sea, a la lectura. 

コメント


  • Spotify
  • Youtube
  • X
  • Instagram

@suturaviva

bottom of page