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El día que me quieras

Actualizado: 10 abr 2024

Un día como hoy pero hace 90 años nacía una canción destinada a la eternidad. De la mano de Alfredo Le Pera y Carlos Gardel, “El día que me quieras” se consolidó a lo largo de casi un siglo como uno de los mayores himnos sobre el amor y el anhelo. Inspirada en un poema de Amado Nervo, recorre de manera sensible y profunda un paisaje donde el horizonte es la reciprocidad romántica.



El 19 de marzo de 1934 se grabó en Nueva York la primera versión de “El día que me quieras”, un tango que sería reversionado más de 200 veces a lo largo de los años. El cover más famoso es el de Luis Miguel, lanzado en 1994 y líder de rankings musicales por varias semanas a nivel mundial. 


Carlos Gardel y Alfredo Le Pera trabajaron mano a mano para dejar un legado incomparable antes de morir en un accidente aéreo el 24 de junio de 1935. El Rey del Tango no sólo fue la voz magistral de muchas de las canciones que representan a nuestro país, sino también la cara principal de varios largometrajes. En 1935 protagonizó la película “El día que me quieras” para la cuál sería escrita la canción homónima. Ese film, que mezcla  música, humor, amor y  duelo, nos deja ver un icónico Gardel del pelo negro azabache engominado y sonrisa inconfundible. Junto a su coestrella, Rosita Moreno, nos regalan una escena donde cantan la canción en un fantástico dúo. 



La inspiración


A pesar del inmenso talento de Alfredo Le Pera, el letrista que escribió los mayores éxitos de Gardel, debemos hacer honor al poeta que creó la base de esta canción.


Amado Nervo fue un escritor mexicano de finales del siglo XIX y principios del XX. Con una lírica compleja, Nervo se empapa en conceptos como el catolicismo, el misticismo, la muerte, el duelo y la trascendencia, consolidándose como uno de los mayores poetas latinoamericanos. Tras la muerte de su querida esposa en 1912 escribiría “La amada inmóvil”, un libro repleto de versos que lloran su difunto amor. 


Con una trama similar, la película protagonizada por Gardel gira en torno a un amor separado por la muerte. Carlos le canta el desgarrador tango “Sus ojos se cerraron” (también escrito especialmente para el film) a Margarita, su esposa ficticia que muere muy joven. 


El anhelo romántico


La música que escuchamos en la canción “El día que me quieras” es resultado de los arreglos de Terig Tucci, talentoso compositor argentino y director de la orquesta que acompañó a Gardel en sus películas. La melodía crea exitosamente un ambiente de ensueño y, sin dificultades, evoca nostalgia. Junto a la letra hace un maridaje perfecto que deviene en una de las canciones de amor más lindas. Las sutilezas y las metáforas utilizadas ablandan hasta el corazón más duro. 




En la lírica, y frente a la espera del amor correspondido, el sujeto crea un paisaje en el que objetos inertes tomarían vida para anunciar la eventual llegada de lo recíproco. Las rosas se visten de fiesta y las campanas le cuentan al mundo el suceso tan esperado. El amor es tan grande que Gardel expresa: “La noche que me quieras, desde el azul del cielo, las estrellas celosas nos mirarán pasar”. Es así como el amor se presenta como refugio ante las adversidades: “ella aquieta mi herida, todo, todo se olvida”, “el día que me quieras… florecerá la vida, no existirá el dolor”. 


La ternura reside también en lo que genera su amada en él: “como ríe la vida si tus ojos negros me quieren mirar y si es mío el amparo de tu risa leve, que es como un cantar”.


Hay otros dos detalles que hacen tan especial este tema. Por un lado, es muy notable la particular manera que tiene Gardel para pronunciar ciertas palabras. Si escuchás con atención, sustituye las “n” por “r” dejándonos palabras como “ersueño” (ensueño) y “cortarán” (contarán). Hay muchas teorías, incluso una medio delirante derivada del psicoanálisis que relacionaría esta pronunciación con el abandono de su padre. Sin embargo, la más sensata tiene que ver con las limitaciones técnicas de la época a la hora de grabar. Algunas personas dicen que el cambio de letras le daba más sonoridad al canto. 


Otro detalle que le aporta a la esencia sentimental de esta canción es que cuenta con un verso recitado (no cantado) por Gardel. En ese momento la cercanía con su musa alcanza el punto máximo. Carlos le confiesa a su querida: “El día que me quieras no habrá más que armonía”.


Lo que hace tan fantástica esta canción es que en realidad no necesita de tanto análisis para justificar su belleza. Con solo escucharla una vez, todas las palabras sobran. El amor y la música, junto a la inigualable voz y presencia de Gardel, hacen de esta canción un himno. De todas formas, si no te llega a gustar la versión original (creo fervientemente que es imposible pero siempre hay alguien para todo) cientos de artistas nos dieron el lujo de escuchar todo tipo de versiones de esta enorme pieza musical. ¿No tenés ganas de buscar una por una? No te preocupes, hicimos una playlist para que encuentres el cover que te haga conectar con esta eterna promesa de amor. 




 
 
 

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